Hace unos días, hablando con la responsable de una empresa, encargada de elaborar este año el primer Estado de información no financiera (EINF) de la compañía, me comentaba que, tras pasar la verificación tocaba “El descanso del guerrero”.
De esta afirmación se desprendía el esfuerzo (e incluso ansiedad) que para el equipo había supuesto cumplir, por primera vez, con la obligación de reportar dicha información.
Continuamos conversando sobre los obstáculos superados y, después de felicitarla por el trabajo cumplido, me tocó hacer de “Pepito Grillo”:
.- ¡Descanso sí, dormirse en los laureles no!.- le respondí.
El mayor reto para muchas de las empresas que se han enfrentado a su primer EINF, ha sido la falta de un procedimiento interno de recopilación de datos y de auditoría de los mismos. Esto se ha traducido, para los responsables, en la necesidad de doblar esfuerzos, ante las dificultades para la recopilación y cuantificación de la información.
De ahí que, aprendiendo de la primera experiencia, sea justo ahora el momento para empezar a pensar en el EINF 2022 y, en concreto, en la implantación de un procedimiento de gestión para la elaboración de los EINF en la empresa.
Con la avalancha normativa que se avecina en el ámbito europeo y que va a implicar cambios legislativos respecto a la divulgación de la información no financiera, resulta imprescindible empezar a definir un procedimiento de elaboración del EINF que permita a la empresa evitar esfuerzos futuros innecesarios:
Por falta de planificación,
Quizás también por la inmadurez de los sistemas utilizados para la recogida de datos o incluso,
Por la inexperiencia de las personas involucradas,
Anticiparse al EINF 2022 y no “dormirse en los laureles” supondrá para las empresas un ahorro de tiempo, costes y mejora de la eficiencia.
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